Las Buenas Obras

Buenas obras

Las buenas obras solo pueden ser producidas por aquellos que han sido recipientes de la gracia divina y por lo tanto, han llegado al conocimiento del Hijo de Dios, en quien se esconden todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Col. 2:3). Esto puede sonar un poco extremo cuando pensamos en las “acciones morales” que realizan personas sin el conocimiento de Dios, sin embargo, hemos de entender que dichas acciones no conllevan el principio básico y fundamental de todo: “Glorificar a Dios”. En muchas ocasiones, los incrédulos que hacen actos caritativos son movidos buscando su propia gloria, deseando fama y reconocimiento, por lo que sus acciones son repulsivas delante de Dios. Por otra parte, algunos que no buscan este tipo de cosas, las obras que hacen son solo con aquellas personas a las que aman, pero nosotros conocemos las palabras de nuestro Señor:

Lucas 6:32-35
32 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.

Además el profeta Isaías es claro al hablar de las obras humanas:

 Isaías 64:6
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.

Aun nuestras mejores obras son como inmundicia delante de Dios, nada hay en nosotros digno de mérito como para pensar que somos capaces de obrar con justicia y rectitud en nuestra propia fuerza. Es por esto que debemos entender que las buenas obras únicamente pueden ser producidas por quienes han experimentado arrepentimiento para vida y han sido salvados por la gracia de Dios.

También debemos notar que las buenas obras son solo las que se ajustan a lo revelado y ordenado en las Sagradas Escrituras y no las que proceden de la innovación de hombres con un fervor ciego y extraviado, aunque sean buenas sus intenciones:

Miqueas 6:8
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

¿Podría un inconverso hacer justicia, amar misericordia y humillarse ante Dios? Desde luego no sería así, más bien la persona no regenerada huye de Dios, le rechaza y no puede ni quiere sujetarse a la ley de Dios (Ro. 3:10-12; 8:5-8), y es un hecho que movidos por su esclavitud al pecado del cual no han sido librados, sus corazones emanan tinieblas, así también lo afirmó nuestro Salvador:

Mateo 15:19
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.

Isaías tiene más que agregar acerca de los mandatos de hombres:

Isaías 29:13
13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado

Más puntualmente el apóstol Pablo escribió:

Romanos 10:1-3
1 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios

El apóstol oraba por la nación de Israel apuntando al celo que ellos tenían de Dios pero sin el conocimiento de Él. En otras palabras, los judíos estaban sinceramente equivocados. Ellos creían que cumplir con rigurosas ceremonias les podía conceder el favor de Dios, los maestros del pueblo le habían añadido a la ley un gran número de cosas que ni ellos mismos eran capaces de cumplir, eran realmente ciegos guías de ciegos, esto es conocido como legalismo. Aunque si bien ellos estaban convencidos de que esa era la voluntad de Dios, no por ello quedarían libres de la culpa. El celo de ellos debía ser puesto no los mandamientos de los hombres sino en el conocimiento manifestado de Dios. La vida de Saulo es ejemplo de esto, él perseguía a la iglesia convencido de que era la voluntad de Dios, él tenía un verdadero celo, pero desconocía la Verdad hasta que le apareció el Señor al encuentro. Jesucristo también había dicho a sus discípulos que llegaría el tiempo en que serían perseguidos y que quien los matara pensaría que estaba rindiendo servicio a Dios (Jn. 16:2).

Esto sirve de ejemplo para nosotros de modo que nos cuidemos para no deslizarnos a la justicia con base en ideas de hombres y tengamos solamente por alta estima la justicia de Dios. Tengamos cuidado de nosotros mismos. Son muy apropiadas las palabras de Lactancio, apologista del siglo IV cuando dijo: “No existe verdadera religión, si ésta no se apoya en la Palabra de Dios”.

Como lo leímos, Miqueas afirmó que Dios ha declarado lo que es bueno y lo que pide, y todo lo que Dios ordena está en Su Palabra, la cual solo los hijos de Dios aman y estudian con diligencia. El apóstol Pablo también relacionó la suficiencia y el poder de la Palabra de Dios con los frutos que esta produce:

2 Timoteo 3:16-17
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Es una realidad que sin conocer la voluntad de Dios escrita en Su Palabra seríamos incapaces de obrar rectamente según su buena voluntad, tal como lo escribió el autor de Hebreos:

Hebreos 13:20-21
20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Teniendo claro que las buenas obras son incapaces de producirse por inconversos es necesario ahora señalar lo que la biblia enseña sobre los hijos de Dios en cuanto a las buenas obras:

  1. Son frutos y evidencia de una fe viva y verdadera:

El creyente vive bajo el gobierno del Espíritu Santo que le fue concedido por el Padre celestial y la obra del Espíritu en el creyente nunca pasa desapercibida. Quien verdaderamente ha sido salvado y justificado por Dios jamás será ocioso en el cultivo de una vida de piedad. La fe genuina obra por el amor y no por obligación, una vez que el pecador se enfrenta ante la santidad de Dios, puede entonces mirar la realidad de su pecado, y si Dios le salva y justifica en Cristo, no hallará el pecador ningún tesoro más grande que Él, por lo que su vida experimenta ahora una gratitud única que lo lleva a deleitarse en guardar los mandamientos del Señor y que ahora puede cumplir por la obra del Espíritu en él:

Gálatas 5:5-6
Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.

 Santiago 2:18-22
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?

  1. Las buenas obras fortalecen la fe y seguridad del creyente:

Las buenas obras al ser evidencia de una fe real, también nos fortalecen en la seguridad de nuestra salvación y comunión con Dios. Como lo dice el pastor Sam Waldron: “Las buenas obras no refuerzan la seguridad por acumular méritos ante Dios. Por el contrario, refuerzan la seguridad haciendo la fe más visible para nosotros, desplegando la gracia de Dios en nosotros, probando que Cristo vive en nosotros”. Esto mismo es lo que nos dice el apóstol Juan en su primera carta:

1 Juan 3:18-19
18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él

  1. Adornan la profesión del Evangelio y tapan la boca de los adversarios:

El señor dijo que los creyentes son la luz del mundo, esto significa que sus obras muestran la gracia y la misericordia de Dios derramada en ellos y la cual también anuncian dando a conocer las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a la luz (1 P. 2:9-10). Las buenas obras son entonces un reflejo de una nueva vida que se diferencia por completo del estilo de vida mundano.

Tito 2:1-10
1 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotrosExhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 10 no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.

1 Pedro 2:15
15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos

  1. Producen el fruto de la santificación y edifican a los hermanos:

Las buenas obras son establecidas para los que han de ser salvos. Quien transita por el camino angosto es porque consigo lleva buenas obras que producen el fruto de la santificación y con ellas así mismo se edifica a los demás miembros del cuerpo de Cristo.

2 Corintios 9:2
2 pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría.

Comprender lo que en verdad son las buenas obras es de suma importancia para el cristianismo, son muchas las personas que viven en el error pensando que sus obras son «buenas» cuando realmente no conllevan el fin principal que es glorificar a Dios. Otras ponen su confianza en sus obras distorsionando así la verdad preciosa de la salvación por fe. La salvación es un don de Dios que se recibe por la fe en Cristo. Cristo es el único mediador y solo por Su perfecta obra es que un pecador puede ser justificado . Las buenas obras son solo una evidencia en las personas que han recibido la gracia salvadora de Dios.

Confesión Bautista de Fe de 1689 (párrafo 5):

Nosotros no podemos, aun por nuestras mejores obras, merecer el perdón del pecado o la vida eterna de la mano de Dios, a causa de la gran desproporción que existe entre nuestras obras y la gloria que ha de venir, y por la distancia infinita que hay entre nosotros y Dios, a quien no podemos beneficiar por dichas obras, ni satisfacer la deuda de nuestros pecados anteriores; hasta cuando hemos hecho todo lo que podemos, no hemos sino cumplido con nuestro deber y somos siervos inútiles; y tanto en cuanto son buenas proceden de su Espíritu; y en cuanto son hechas por nosotros, son impuras y están mezcladas con tanta debilidad e imperfección que no pueden soportar la severidad del castigo de Dios.

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